Una maravilla de la naturaleza que cautivo a más de un explorador y hasta la fecha lo sigue haciendo, el Monte Olimpo. A pesar de ser reconocido como una de las montañas más altas de Europa, no fue sino hasta el año 1913 que se realizó su primera expedición.
En aquel entonces, tres aventureros decidieron comprobar que había de cierto en las historias y en la mitología de este lugar. Esta expedición estaba compuesta de un fotógrafo suizo, Frédéric Boissonnas, un historiador, Daniel Baud-Bovy y Christos Kakkalos un guía griego que los acompaño en esta aventura ya que este conocía el monte a la perfección.
Como ya es sabido, este monte se caracteriza por tener un mal clima, y en este caso no fue la excepción, a pesar del conocimiento de Kakkalos sobre la zona conocía esta expedición se tornó en una ardua tarea. El subir esas pendientes tan inclinadas y sin herramientas dificulto cada momento de este viaje, sin dejar de mencionar el clima.
Los suizos contaban con experiencia en escalar y en la exploración, solo que en esta oportunidad tuvieron que cargar con pesado equipo de fotografía durante todo el trayecto que fue acompañado por una tormenta de nubes. Esta experiencia quedo registrada en cartas y en documentos que tanto Boissonnas como Baud-Bovy escribieron durante su travesía.
Estos escritos fueron guardados en botellas para evitar que sufrieran daños por las intensas lluvias que azotaban la montaña en aquellos días. A pesar que gran parte del mérito se lo atribuyen a Kakkalos, fueron los expedicioncitas suizos los que plasmaron a detalle la cima del monte además de registrar con fotos todos los estragos sufridos durante la expedición.
Desde entonces se han realizado diferentes expediciones en esta montaña, pero la más recordada será la realizada por estos valientes 3 hombres. En 1982 se inauguró una cabaña en honor a estos aventureros donde yacen los recuerdos de aquella aventura.
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